NewsLetter #25: Yo decido sobre mi salud

NewsLetter #25: Yo decido sobre mi salud

CUIDAR DIGNAMENTE nº25 –

Yo decido sobre mi salud
Hospitales y Autonomía del Paciente

En los últimos años hemos asistido a la evolución de los derechos de los pacientes, en todos los niveles asistenciales. Hoy hablaremos de los hospitales.

 

Como consecuencia del progreso ético se han ido incorporando en la legislación y en la práctica, consideraciones éticas sobre la autonomía de los pacientes en centros hospitalarios.

 

En la legislación española, el paso más relevante en la humanización de la medicina fue la Ley Básica de Autonomía del Paciente, que puso por escrito unas cuantas cuestiones esenciales, como:

 

  • La participacióndel paciente en la toma de decisiones sobre su propia salud. Por ejemplo, a través de con los consentimientos informados o la posibilidad de negarse a un tratamiento en concreto.
  • El derecho a la intimidadde la información relativa a la salud, en particular en la gestión de su historia clínica.
  • Las voluntades anticipadas, testamento vital o instrucciones previas, que posibilitan al paciente manifestar anticipadamente su voluntad sobre los tratamientos y cuidados, en previsión de que llegue el caso de que no pueda expresarlos personalmente.

 

Y hablando de autonomía, una de las prácticas más controvertidas es sujetar a los pacientes, en circunstancias supuestamente justificadas.

 

Se ha despertado un debate en los hospitales, con retraso respecto a los centros geriátricos o de salud mental: ¿realmente hacen falta las sujeciones?

 

Hemos hablado a menudo de que hay razones de diversa índole para retirar las sujeciones, las mismas en ámbito hospitalario que en el resto de niveles asistenciales:

 

Razones éticas

 

Las sujeciones confrontan los principios de autonomía (limitación de la libertad del paciente en contra de su voluntad) y de beneficencia (deseo bienintencionado sanitario de protección al paciente). Pero claramente, vulneran los derechos del paciente:

 

«… las sujeciones son algo que vulnera un derecho fundamental, como es el derecho a la libertad. Utilizadas en exceso o de forma inadecuada, las sujeciones pueden ser interpretadas como una forma de «abuso», «negligencia» o «maltrato«….». (Defensor del Pueblo Comunidad Autónoma País Vasco 2009)

 

Razones científicas

 

Una de las razones esgrimidas para utilizar dispositivos de restricción en personas agitadas o confusas, es la necesidad de evitar daños y garantizar la seguridad del paciente, evitando caídas, autolesiones, manipulación de equipamiento sanitario, etc.

 

Sin embargo, la propia restricción puede llegar a ocasionarles un amplio abanico de complicaciones físicas o psicológicas.

 

No existe investigación suficiente en el ámbito hospitalario como para fundamentar científicamente su retirada. Pero los precedentes en geriatría deberían llamar a la reflexión.

 

La Dr. Ana Urrutia demostró, contra las ideas preconcebidas y sin asomo de duda, que su retirada no empeora ni las caídas ni la salud de los usuarios de residencias, sino que por el contrario aumenta su calidad de vida.

 

Partiendo de ese descubrimiento, la fundación Cuidados Dignos desarrolló el modelo Libera-Care, que ha sido aplicado también en varios hospitales, con resultados igual de positivos.

 

Todos ellos han realizado un cambio de mentalidad y gestión que ha transformado sus prácticas de cuidado, de las que la retirada de sujeciones es una de las más visibles y emblemáticas.

 

Hoy podemos congratularnos de que incluso en un entorno tan extremo como las UCI se están planteando su pertinencia.

 

María Acevedo Nuevo, del proyecto HUCI, humanizando las UCI, lo expresa así:

 

«… tal vez sea el momento de reflexionar si el reto de la Humanización y la Atención Basada en el Paciente en las UCIs del siglo XXI es congruente con la práctica de mantenerlos atados sin una clara justificación, pertinencia y eficiencia probada de esta medida versus otras propuestas.»

Un saludo
Equipo FCD