FCD en apoyo del Día Mundial del Alzheimer: 21 Septiembre – NewsLetter #40

FCD en apoyo del Día Mundial del Alzheimer: 21 Septiembre – NewsLetter #40

📌📌Con motivo del 🧠 DIA MUNDIAL DEL ALZHEIMER , hoy 21/09, nuestro apoyo a las personas que sufren la enfermedad, sus familias e investigadores. La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo las tareas más sencillas. Según la OMS, la enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, acapara entre un 60-70% de los casos – que afecta a más de 1,2 millones de personas en España. La mayoría de los cuidadores de personas con demencia son familiares. Os animamos a leer el libro CUIDAR:

Libro “Cuidar”

Cuidar dignamente nº 40

Más vale prevenir que olvidar
(en la medida de lo posible)
 
Con motivo del 🧠 DIA MUNDIAL DEL ALZHEIMER , hoy 21/09, nuestro apoyo a las personas que sufren la enfermedad, sus familias e investigadores.

A día de hoy, no existe una cura para esta enfermedad.

Sin embargo, hay muchas líneas de investigación abiertas y cada año surgen descubrimientos que hacen el panorama un poco más esperanzador.

Diagnóstico precoz

Detectar esta enfermedad en una fase temprana es decisivo, ya que solo entonces son eficaces los pocos tratamientos disponibles .

A día de hoy, el diagnóstico continúa siendo mayoritariamente clínico.

Es decir, un médico debe evaluar la presencia de síntomas de deterioro cognitivo y descartar que sea debido a otras causas.

Se suele poner atención a:

·         No poder recordar fechas de eventos significativos.

·         Dificultad para mantener la concentración, planificar o resolver pequeños problemas.

·         Problemas para completar las tareas diarias.

·         Confusión con respecto a distintos lugares o momentos en el tiempo.

·         Poner objetos en lugares equivocados.

·         Perderse al caminar por lugares que solían ser familiares.

También hay avances en el diagnóstico mediante biomarcadores.

El año pasado, el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos aprobó el primer análisis de sangre que facilita la detección del Alzheimer en su fase inicial.

Lo que hace es localizar la formación de placas amiloides en el cerebro.

Estas consisten en la acumulación de una proteína específica en el espacio extra neuronal, que impide la correcta conexión entre las neuronas y provoca su degeneración.

Su existencia no implica necesariamente el Alzheimer, porque hay personas resistentes a su acumulación, pero es un indicador bastante fiable, que invita a hacer pruebas clínicas complementarias.

Tratamientos para reducir o retardar los síntomas

Hay grupos de investigación que trabajan en menguar los factores asociados a la aparición de los síntomas, como la mencionada placa amiloide.

El Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas publicó recientemente en The Lancet Neurology, un estudio en el que abren la puerta a la posibilidad de un nuevo tratamiento centrado en modular la actividad de la microglía, las células del cerebro que se encargan de eliminar las sustancias tóxicas.

Promoviendo su actividad podría reducirse las placas, lo que mejoraría la función cerebral.

Otros fármacos que no se crearon inicialmente para combatir el Alzheimer están demostrando ser eficaces en frenar su evolución.

Por ejemplo, se sabe que el sistema noradrenégico se interrumpe de forma temprana en el Alzhéimer, lo que contribuye a desarrollar los síntomas característicos.

Se ha comprobado que el uso de fármacos noradregénicos ofrece un efecto positivo en la cognición general. El más conocido es el Ritalin, común en el tratamiento del TDAH.

Prevención

Las investigaciones sobre tratamientos son demasiadas para tratarlas aquí, así que acabaremos recordando que aunque la edad y ciertos aspectos genéticos influyen en su aparición, no son determinantes.

Hay otros factores que influyen y sí podemos controlar, cuanto antes mejor.

Controlar los factores de riesgo vascular: hipertensión, el colesterol, la obesidad y la diabetes, entre otros.

No fumar: Las personas fumadoras tienen una probabilidad un 45% más alta de padecer algún tipo de enfermedad mental como la demencia o el Alzheimer.

Seguir una dieta saludable, baja en grasas.

En Reino Unido se llevó a cabo un estudio durante ocho años sobre una población de cerca de 200.000 personas, en el que se concluyó que las posibilidades de desarrollar demencia entre las personas con alto riesgo genético que habían seguido un estilo de vida saludable, bajaba en un 32% con respecto a las que no lo habían hecho.

La dieta mediterránea clásica es nuestra aliada: aceite de oliva virgen extra, frutos secos, legumbres, verdura, fruta y pescado. Hay que evitar los alimentos procesados, las grasas saturadas y las carnes rojas y embutidos en exceso.

Hacer ejercicio físico moderado, andar y moverse.

Ejercitar la mente
Poner retos a la mente y mantenerla activa frena su degeneración.
Realizar ejercicios de memoria, leer un poco cada día, aprender un nuevo idioma, hacer cursos, hacer crucigramas o sudokus…

Tener una vida social activa.
Ideal para mantener activas las conexiones neuronales.
Relacionarnos con nuestra gente y hacer amigos nuevos favorece nuestra felicidad y mantiene sano el cerebro.

Así que ya sabes: queda con los amigos, haz algo de deporte o una caminata, y después a compartir una saludable comida mediterránea mientras mantenéis una interesante charla.

La mejor inversión para tu futuro.

Un saludo

El equipo de FCD